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A las 6 y pico

El poderoso

El poderoso Desde luego él era el jefe, de eso no había duda. O al menos era lo que se le dejaba creer. Él pensaba que dominaba la situación. Que lo tenía todo controlado. Yo, a fin de cuentas, no era nadie en su inmensa estructura … En su organización, tan perfecta.

Era uno más, eso sí.

Supongo que para él era insignificante, pero no nos vamos a engañar, a la vez necesario. La verdad es que yo estaba muy harto de esa situación. Llevaba días planteándome salir de allí. Dar el gran "campanazo", por así decirlo … Estaba a punto de explotar. No estaba nada a gusto y aquello no se iba a sustentar mucho tiempo más.

Aunque claro, no podía dar la nota así por las buenas, tenía que controlarme. Aquella semana había sido muy mala, habían habido muchas tensiones. También había que ser un poco comprensivo, el hombre casi no había ni comido, había estado muy estresado y nervioso gestionando multitud de detalles para una reunión muy importante, que precisamente en ese momento estaba acabando. Y claro, no era buena ocasión para una cosa así. Estos temas era mejor tratarlos en privado.

Mientras, el hombre disimulaba, pero sabia perfectamente que yo estaba al limite de mi aguante, seguro que me lo había notado. Pues yo era transparente. Era un de mis tantos defectos de mi ser... No podía disimular. Supongo que él estaría nervioso porque de sobras se lo estaría viendo venir, no era tonto. De repente se empezó a inquietar un poco más, se sonrojó levemente incluso. Estaba incomodo.

Yo me crecí entonces. Podía ser insignificante en su vida pero si decidía despedirme de una forma poco discreta sé que él querría que se le tragara la tierra ya que quedaría realmente mal delante de sus nuevos clientes. ¡Menudo era el tío! Ego centrista y presumido … Egoísta. Un nuevo rico, alguien que sólo pensaba en quedar bien y en el qué pensarán.

Yo sabía de otros compañeros que se habían despedido con poco estilo y haciendo mucho ruido … Echando pestes … Pero nunca ninguno delante de tanta gente y en una situación tan comprometida. Yo podía darle entonces una lección … De hecho mi forma natural de ser y de actuar era más fuerte que mi voluntad … Y quizá por mucho que lo intentara al final no podría contenerme. ¡Menudos aires de grandeza tenía yo también!

La reunión marchaba bien. Eso seguro. Estaba siendo un éxito total. Pero él no las tenia todas consigo. A medida que pasaban los minutos su incomodidad e inseguridad iban creciendo, yo entonces estaba tan salido que ya me importaba todo un pimiento. Si la “liaba” le serviría de curita de humildad … Aprendería que no todo se puede controlar en esta vida … Que algo puede fallar, que se han de cuidar todos los detalles. Y que aunque no me tuviera en cuenta podía estropearle el día y la existencia con un solo desaire mío.

Yo sabía que apretaba el culo (con perdón de la expresión), sus ojos estaban fuera de órbita, le sudaban las manos. No sabía ni como ponerse en la silla. Una gota de sudor enorme empezó a resbalarle por la frente, haciendo esquí alpino en sus entradas. Le había cambiado la cara. Él sentía que yo la “haría” muy gorda, su intuición era un hecho.

Yo no podía con mi alma. Él pensó que levantándose y paseando por la sala se le pasaría el mal rato. Yo estaba en mi salsa, disfrutando. Y estaba tan a punto de caramelo que no pudo pasar un segundo más cuando, antes de que él pudiera volver a sentarse dejara ir el pedo más escandalosamente sonoro y putrefacto que se había tirado en mucho tiempo.

Y ese fue mi final, un claro ejemplo de la triste vida de cualquier gas, como yo.

* Autora : Comella Firmet

14 comentarios

Comella -

Muchísimas gracias Goreño y Rigel por vuestros comentarios, un cálido saludito desde Barcelona ;)

Rigel -

Excelente texto de final sorprendente. También me ha gustado mucho el de la "farola". Me encanta ese sentido del humor :)

Goreño -

Me ha recordado a Camilo José Cela. Siempre es bueno leer cosas así para ajercitar los músculos de la cara, creo que los tenemos muy rígidos con todo lo que estamos viendo y oyendo cada día. Saludos

Comella -

Ajajajaja Calavera Jimul eso ha tenido gracia:

- A mi se me caen y encima yo no he sido ¿no?

Jejejeje, muy bueno.
Un beso de la que ahora quisiera ser una camella ... para tener un poco más de calorcillo en mi joroba ;)

Mulú, un saludito, esa risa me ha llegado al alma :P Cuídate.

Jimul -

Jejejejejeje... Parafraseando al otro "Yo no los tiro, a mí se me caen" En el fondo somos fisiología en estado puro, que diría el otro... Vaya sigo parafraseando... Mejor lo dejo en otro momento...
"Camella" has estado genial,
Er Calavera...

Mulú -

Jaaaaaaaaaaa!!
Excelente, Comella!!

un besote,
la mullighan

Comella -

Gracias a vosotros chicos. Smmmmmmuaks para entrar en calor. Os deseo un estupendo fin de semana. Esperemos que no haga un frío extremadamente exagerado ;)

pokito -

Una buena forma de tomar fuerzas para el día, con una sonrisa. Gracias comella.

salud
pokito

Pablo -

Vaya con el peo, qué cabroncete.. jejeje. Me ha sorprendido y encantado el final.

Un saludo, comella

Comella -

Jejeje, Espu... Puedes reirte y ventosear todo lo que quieras, que hay confi. Me alegro de que te haya gustado mi niña ;)
Tequila, la mayor satisfacción para mi es que los lectores de mis relatos se diviertan mucho y por supuesto que se rian mientras los leen (si toca,claro). Un abrazote y muchas gracias por vuestras palabras.

tequila -

Un buen tema, me he reído con el final.
Un abrazo:
Lola.

Espuma -

vaya Comella, me has engañado hasta el final, sorprendente y muy gracioso.

¿puedo echarme un pe...?, digo, ¿puedo echarme una carcajada?

es que reviento... ja,ja,ja

de risa, claro.

Comella -

A ver si con la risa se nos pasa el frío. A lo peor quemaremos calorías. Gracias Octavia ;) Un abrazote enorme.

Octavia -

Ja , ja , ja , ja...qué bien una dosis de humor a media mañana.

Gracias .